Proyecto

BOSQUEAR

La propuesta es simple:

01.

JUNTARNOS

dos horas en un espacio verde de la ciudad de Buenos Aires. Comenzaremos cada encuentro con ejercicios de respiración para bajar los decibeles y conectar con el entorno y el momento.

02.

CONTEMPLAR

en silencio el paisaje, las hojas, la luz, el movimiento de las plantas, del ambiente, el sonido, los aromas, la energía del lugar, y a la vez con las sensaciones, sentimientos y emociones que la experiencia produce en nuestro interior.

03.

COMPARTIR

con el grupo al final de cada encuentro las sensaciones, vivencias y reflexiones surgidas. Este espacio de cierre está diseñado para generar conexión entre los participantes de la experiencia.

¿Qué es Bosquear?

El Bosqueo es una actividad meditativa y de conexión con la naturaleza que se realiza en grupos pequeños, en un ambiente natural protegido.

Se invita a pasar un tiempo de calidad en contacto con la naturaleza, desconectados de aparatos electrónicos y alejados de las tareas cotidianas. 

La actividad consta de 3 momentos:

1. La bienvenida, que incluye la práctica de técnicas de respiración consciente.

2. Una caminata en silencio por el bosque, y

3. El círculo de conversación, que cierra la experiencia.

Durante el Bosqueo, buscamos conectar plenamente con el lugar y con el momento presente, disfrutar de las conexiones humanas genuinas que se presentan, practicando la escucha activa. El objetivo de la actividad es que podamos experimentar una sensación de plenitud y de bienestar.

¿Qué hacemos en un Bosqueo?

Estos son algunos de los ejercicios básicos propuestos durante un bosqueo:

Respiración consciente: Sugerimos tomar respiraciones profundas y lentas durante el paseo por el bosque. 

Mindfulness: Usualmente realizamos caminatas lentas, prestando atención a los sonidos y las vistas del bosque, entre otros ejercicios. 

Observación: Nos detenemos a mirar y observar los árboles y las plantas a nuestro alrededor. Si lo sentimos, podemos hacer conexión con un árbol sintiendo su corteza o sosteniendo su base con ambas manos.

Silencio: caminamos en silencio por el bosque durante algunos minutos. Escuchamos el sonido de nuestros pasos y la respiración, o simplemente disfrutamos del silencio.

Meditación: Nos sentamos en un lugar tranquilo y cómodo en el bosque a cerrar los ojos, inhalando y exhalando profundamente mientras nos concentramos en nuestra respiración. La meditación puede ser grupal o individual.

 Círculo de conversación: Al final del recorrido tomamos un tiempo para cerrar en círculo y compartir las experiencias.

¿Dónde Bosqueamos?

Durante esta temporada, estamos realizando el bosqueo en espacios verdes de la Ciudad de Buenos Aires.

Reserva Ecológica Ciudad Universitaria-Costanera Norte: Un espacio natural protegido ubicado en la ciudad de Buenos Aires. Se encuentra en la ribera del Río de la Plata y abarca aproximadamente 23 hectáreas de terreno. Cuenta con una gran diversidad de paisajes, incluyendo áreas de pastizales, bosques, humedales y lagunas. Es un importante refugio para la biodiversidad en medio de la ciudad. Más sobre la Reserva (Ciudad) Más sobre la Reserva (UBA)
Reserva Ecológica de Vicente López: La Reserva Ecológica de Vicente López está ubicada en la localidad de La Lucila y abarca aproximadamente 80 hectáreas de terreno. Fue creada con el propósito de preservar y proteger el ecosistema de humedales y la biodiversidad asociada en la zona. La reserva ofrece diversos hábitats, incluyendo áreas de pajonales, bosques de ribera y lagunas, que son el hogar de una amplia variedad de especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios. Más sobre la Reserva

¿Qué traer?

Se recomienda traer al Bosqueo:

  • Ropa cómoda y adecuada para el clima y el terreno (preferiblemente en capas)
  • Calzado resistente y cómodo para caminar
  • Protector solar y repelente de insectos
  • Una botella de agua
  • Frutas, snacks saludables
  • Una manta para sentarse o acostarse en el suelo
  • Una libreta y lápiz para tomar notas o dibujar

Algunos beneficios del contacto frecuente con la naturaleza

01. Reduce el estrés

La tranquilidad del entorno natural, los sonidos relajantes, como el canto de los pájaros y el susurro del viento, y las vistas panorámicas contribuyen a calmar la mente y el cuerpo.

02. Mejora el estado de ánimo

La belleza natural, los colores vibrantes y la serenidad del entorno pueden elevar el ánimo y generar sentimientos de felicidad y bienestar.

03. Potencia el sistema inmunológico

Los árboles y las plantas liberan compuestos orgánicos, como los fitoncidas, que pueden estimular el sistema inmunológico y mejorar la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades.

04. Incrementa la vitalidad y la energía

Respirar aire fresco y puro, así como disfrutar de la luz natural, puede renovar y revitalizar el cuerpo, proporcionando una sensación de vitalidad renovada.

05. Aumenta la concentración y la creatividad

La paz y la tranquilidad del entorno natural ayudan a reducir la fatiga mental, mejorar el enfoque y promover la creatividad y la resolución de problemas.

06. Mejora el sueño

La exposición a la luz natural y el ambiente tranquilo y relajante pueden ayudar a regular el ritmo circadiano, favoreciendo un sueño más profundo y reparador.

Alé Yánez Valarino

Mi nombre es María Alejandra, pero todos me dicen Alé. Nací en Caracas, soy diseñadora gráfica e ilustradora. Actualmente vivo en Buenos Aires, Argentina.

Durante mi vida en Venezuela practiqué trekking, subía a la montaña dos veces por semana y me mantenía muy activa físicamente. Mi papá es un gran aventurero, así que tuve la gran fortuna de acompañarlo junto a mi familia a numerosos viajes a los llanos, las montañas andinas, y a los bosques, selvas, ríos, playas.

Mi recuerdo más antiguo, es el de estar sentada en la arena, mirar hacia arriba y ver las palmeras llenas de cocos meciéndose con el viento. Oír las olas del mar de Cata reventando con fuerza en la orilla de la playa, y luego el shhhhhhh de la arena arrastrada por el agua. Recuerdo el olor a salitre mezclado con limón, las dulces melodías del cuatro tocado por papá y la suavidad de los brazos de mamá.

En mi nueva vida en la Argentina, me dediqué intensamente a trabajar en mi profesión y me alejé casi por completo de los paseos por la naturaleza. Decidí estudiar en profundidad los temas filosóficos que propone el budismo, y hacerlo como responsable de grupo me enseñó la práctica del diálogo y de la escucha desde el corazón. Mirar a las personas a los ojos y conectar atentamente con sus emociones y deseos es una de las experiencias más bellas y enriquecedoras de mi vida.

Mi retorno al bosque

En el año 2020, como consecuencia de los años acumulados de desconexión de los entornos naturales, comencé a sufrir de ataques de pánico.  En ese momento me di cuenta de que había pasado demasiado tiempo frente a la pantalla, y que debía volver al mundo exterior, a reencontrarme finalmente con lo que soy, un elemento más de la Madre Naturaleza y de esta bella humanidad.

Estos últimos dos años he tenido la oportunidad de ser guía de caminatas grupales de observación y meditación en una localidad a orillas del río Sauce Grande llamada Sierra de La Ventana, en la Provincia de Buenos Aires.  Es una actividad para grupos que hago con mucho amor, respeto y gran admiración por el paisaje natural de la comarca.

El Bosqueo es la actividad que ideé como parte de mi retorno a lo natural, y además para poder compartir mi experiencia como líder de grupos de crecimiento espiritual, mis 15 años de práctica de meditación, mi pasión e historia íntima con la naturaleza y el amor inmenso que le tengo a mi nuevo país.

¿Me acompañas?